martes, 2 de septiembre de 2008

de la vida: Portapapeles

Siempre he pensado ¡la de secretos que se quedan en el portapapeles !

Si no rescatas los textos cortados y los plasmas rápidamente en algún archivo, durante un tiempo, permanecen cautivos en el pc, a ojos de algún duende no lejano que se coloque delante de la pantalla cuando te suene el celular y te levantes de la silla. No hay problema, si no es algo confidencial, como alguna contraseña, número de cuenta bancaria, tu edad o el peso actual... no hay problema. Aunque, si copias o cortas la confesión del deseo de alguien, de tu propio deseo, queda desnudo ante ojos ajenos. Pongamos que donde se habla de deseo, se confiesan miedos, odios, dolor, cariño, ausencias, locura, perversión.

Y si ya no recuerdas que quedó algo importante en el portapapeles, tras el inciso del celular, al volverte a sentar delante de la pantalla, bajo la amnesia de la conversación y las sensaciones que te causaron una visita al frigorífico, al baño, o una mirada ladina por la ventana, si vuelves a cortar un escrito y lo dejas en el portapapeles... eliminas el escrito anterior, se ha perdido, en la inmensidad del universo de ceros y unos, se ha perdido algo que tal vez no debería ser dicho, que debe ser olvidado, prestado.

La seguridad del pc, en estos tiempos y para algo tan sencillo como el portapapeles, parece dejarte libre de ser rastreado, dependiendo del nivel de seguridad que coloques, bajo, medio... alto. Todo depende de ti, de tu grado de exhibición o dejadez.

Recuerdo haber dejado un texto olvidado, un texto de alguien que no recuerdo. Copié encima un enlace, de forma que el texto no volvió a aparecer. Tampoco lo eché de menos, se me olvidó, sencillamente eso. Ese texto trataba de magia, y la magia quedó en el aire, las luces de la habitación se encendieron y apagaron, al abrir la ventana un halo de luz incandescente parpadeo con un guiño y se fugó hacia el cielo. No es cierto, ya lo sé, pero quiero creer en esa magia, en la fantasía que nos abandona al estar tanto tiempo aquí delante, sentada, viendo como la luz del ocaso desaparece de las paredes y llega la íntima oscuridad.

Por cierto, este texto quedó aquí en la zonada, hacerme el favor de cortarlo y dejarlo durante un rato en el portapapeles, para ver si se difumina, como la magia.

1 comentario:

xwoman dijo...

Hay tanto secretos que uno hubiera querido borrar para siempre, o simplemente jamás haberlos conocido...

Pero tengo el buscador más potente, el instinto! jajaja

Te debía un comentario. Excelente forma de decirnos que hay que tener cuidado.

:P