jueves, 25 de septiembre de 2008

Placeres culpables

¿Que puede decirse que son? A mi modo de ver el aspecto de culpa asociado a un placer, se relaciona con la conciencia que tenemos de que no nos correspondería acceder a él, que no es deseable, correcto, adecuado, incluso apetecible en el grupo social del que formamos parte, que es censurable o condenable, o bien que encierra valores o mejor dicho contravalores, de los que deberíamos apártanos.

No quiero referirme a aquellos placeres morbosos como el que siente el psicópata que se recrea en el dolor de sus víctimas, en el del fulano que cada noche al llegar del trabajo se encierra en su casa y da rienda suelta a sus parafilias, ni siquiera al amor adúltero que nos seduce e incita a disfrutar de la mujer del prójimo o del prójimo de la mujer.

Hoy quiero hacer así como que un ejercicio de observación de algunos placeres prohibidos que son digamos, más inocentes, no es por supuesto una confesión ni nada, pero que tire la primera piedra el que parafraseando a Sabina sea siempre un caballero cuando nadie lo ve.

¿Han observado al conducir mientras esperan la luz verde de semáforo que nunca falta el tipo que se escarba la nariz con singular alegría?, el que cuando cree que nadie mira se rasca las partes privadas y dos segundos después le tiende amablemente al saludo cuando se encuentra con alguien conocido la mano culpable, o de la chica que pierde el glamour cuando se desabotona el botón del pantalón después de que no pudo resistirse al postre y esconde el crimen cerrando el saco o la que se afloja las zapatillas en la sala de cine.

También son buenos ejercicios de manejoterapia insultar hacer gestos y señales obsenas al cafre que nos ofende en medio del tráfico con su forma imprudente de manejo, o mojar peatones cuando llueve.

¿Han visto a la que mira hacia ambos lados de la calle no para cruzarla sino para entrar a la sex shop a abastecerse de lencería y juguetes, y se esconde entre los anaqueles si se encuentra una cara conocida en el interior?

Están también aquellos programas de televisión que nadie admite haber visto, pero que son los que mas patrocinadores tienen, y cuando alguien se refiere a ellos, siempre se hace la aclaración de que los vieron un momento mientras hacían zapping durante los comerciales del programa sobre supernovas que miraban en el Discovery channel, pero pueden hacer la reseña completa de las miserias de los invitados de Laura Bozo, de las riñas entre esposos atrapados en flagrancia en el programa “cheaters”, los experimentos grotescos de jackass y hasta las refranes y frases célebres, que constituyen ya joyas invaluables en el imaginario popular surgidas del chapulin colorado.

Y que no panda el cúnico si una presencia curiosa descubre la carpeta secreta en el disco duro en la que se encuentra la discografía de Juan Gabriel, Abba y el grupo Intocable, la colección privada de pornografía autobiográfica de la que ya entendí gracias al maestro Guy que hay que cuidarse, que los técnicos no tienen el mismo código de ética que los confesores, que mal viaje!, aunque si se mira despacio ese es un buen ejemplo de un mal placer de los técnicos.

Les gusta escribir en las puertas de los sanitarios? Es encantador que en los de la cantina que solía frecuentar, colocaron en las puertas una pizarra pequeña y una buena dotación de gises. Alguna vez leí en los servicios de una gasolinería el clásico de la petición de principio, “puto el que lo lea” y no pude evitar anotar abajo “yo lo leí, soy bisexual y cobro $500 la hora” y anotar el número de teléfono de una amiga. Que para algo deben servir las amigas después de todo lo que una tiene que hacer por ellas. Sobre todo cuando entre sus placeres culpables esta el de romper el código de silencio y andar contando los detalles sucios de la reunión del último viernes.

En cuanto a revistas, ustedes no se, pero cuando voy a la estética o a la consulta con el dentista, me leo completos los artículos para tener orgasmos de medalla de oro en el cosmopolitan, el reportaje sobre la vida afectiva de Luis Miguel y tomo nota de lo que me depara el destino en el amor, en la sección de horóscopos de tv y novelas.

Que pasen por el detector de mentiras al que afirme no ha reenviado un mensaje de correo electrónico guarro y hasta una cadena para evitar que nos caiga la maldición vizconde del ejido de zumpahuacan, por habernos atrevido a mirarle a los ojos en la fotografía de su cadáver momificado que se conserva en un museo en Birmania o al que jure que ha devuelto cuanto libro, juego, cd, o película en dvd le han prestado.
También esta el placer de la venganza, al rayarle el auto al profesor que te reprobó o al jefe que te mira descaradamente las tetas, o cuando te ligas al novio de la tipa que te cae mal, o le pides a tu novio que te lleve a cenar a un restaurante caro y pides mucha mas comida de la que puedes comer, cuando sabes que te esta pintando cuernos.

Dicen que siempre es mejor ganar que perder, excepto cuando se lucha contra la tentación, así que hay que dejar salir al sol con mas frecuencia al pálido y retorcido inquilino que hay en nuestro interior, que se regodea a escondidas en los inofensivos placeres culpables.

2 comentarios:

xwoman dijo...

jajaj Qué buen artículo. No sé si confesar algunos, tal vez sea un placer contar. Qué sé yo...

Sacarme las cejas. Es dolorosamente rico.

No soporto los poritos negros... hay que sacarlos de inmediato!! aunque luego alguien por ahí me rete. :$

Oler toda la comida

Morderme el cabello.

Comprar revistas!

y cientos de barbaridades más... ejemm.

Mario García dijo...

Jajajajaja...Buenisimo!!!