Con el debido permiso, me permito postear este texto de Hilmar Paz (Negroviejo)
negroviejo,23.01.2009
Mi racismo solo alcanza a los negros y si son viejos peor.
En cuanto a judíos y árabes, guerra que me es ajena, si es que alguna guerra puede serle ajena a alguien por aquella terrible pregunta de Hemingway: ¿Por quién doblan las campanas?
Pero en honor a la objetividad plantearé algunos puntos de vista repartiendo palos para ambos lados.
No tengo dudas que los judíos tienen pleno derecho a los territorios que les confiriera la ONU en 1948. El viejo y el nuevo Testamento así lo atestiguan, más una historia de cinco mil años de luchas y persecuciones
Es verdad que EEUU siempre apoyó a Israel con dinero y tecnología proveniente de su gobierno y de importantes capitales judíos desparramados por el planeta, para armar uno de los ejèrcitos mas modernos del mundo.
Es verdad que la derecha judía, como todas las derechas halcónicas, cuando atacan y reprimen lo hacen sin piedad.
Es verdad que EEUU, interesado en el petróleo, ha creado alianzas con gobiernos árabes venales e inventado guerras con pretextos falsos.
Es verdad que el pueblo palestino tiene derecho a vivir en paz en la zona que le fue acordada sin estar sometido a bloqueos israelíes y al control total de su economía por parte de aquellos.
Es verdad también que el Islam a través de toda su historia se halla empeñado en una Guerra Santa por la que invadió dos veces Europa y se estableció por siglos.
Es verdad que esa guerra la siguen sosteniendo y que son los pricipales responsables de hechos terroristas en todo el mundo.
Es verdad que su cultura religiosa fundamentalista es totalmente inaceptable para nuestra manera occidental de vivir. Desprecio por la vida, carencia de derechos por parte de la mujer, e indiferencia total por la justicia social.
Es común el error por parte de quienes aborrecen el capitalismo norteamericanos, pensar que por carácter transitivo, los árabes al ser sus enemigos son anticapitalistas. No hay nadie más capitalista que los árabes. Los prueban sus jeques multimillonarios con Rolls Royce especiales, sus palacios y sus super hoteles de lujo, mientras su proletariado languidece en la pobreza y la ignorancia.
Mi observación particular en Buenos Aires, es que los árabes hicieron volar por el aire, valga la redundancia, dos tremendo edificios judíos, la embajada de israel y la Amia, dejando cientos de víctimas fatales inocentes y que no hay un solo edificio judío público, llámense sinagogas, escuelas, clubes o dependencias oficiales que no esté protegido con bloques de granito contra coches bomba. No ocurre lo mismo con los edificios árabes, incluídas las mezquitas, que ni siquiera cuentan con las mas elementales normas de seguridad.
Finalizando, con mi habitual pesimismo, atribuyo todas las desgracias del mundo no a los judíos, árabes, asiáticos en general, africanos, europeos, o americanos de cualquier color, sino a la naturaleza del hombre. Toda etnia o nación que através de la historia constituyó una hegemonía de poder, se comportó de manera despótica, incluídas la culturas abórigenes.
Mi deseo es que se ilumine la mente de quienes tienen la responsabilidad de buscar la paz y el progreso de la humanidad para bien de todos.
Incluído yo, que aunque no lo crean, soy humano-
En cuanto a judíos y árabes, guerra que me es ajena, si es que alguna guerra puede serle ajena a alguien por aquella terrible pregunta de Hemingway: ¿Por quién doblan las campanas?
Pero en honor a la objetividad plantearé algunos puntos de vista repartiendo palos para ambos lados.
No tengo dudas que los judíos tienen pleno derecho a los territorios que les confiriera la ONU en 1948. El viejo y el nuevo Testamento así lo atestiguan, más una historia de cinco mil años de luchas y persecuciones
Es verdad que EEUU siempre apoyó a Israel con dinero y tecnología proveniente de su gobierno y de importantes capitales judíos desparramados por el planeta, para armar uno de los ejèrcitos mas modernos del mundo.
Es verdad que la derecha judía, como todas las derechas halcónicas, cuando atacan y reprimen lo hacen sin piedad.
Es verdad que EEUU, interesado en el petróleo, ha creado alianzas con gobiernos árabes venales e inventado guerras con pretextos falsos.
Es verdad que el pueblo palestino tiene derecho a vivir en paz en la zona que le fue acordada sin estar sometido a bloqueos israelíes y al control total de su economía por parte de aquellos.
Es verdad también que el Islam a través de toda su historia se halla empeñado en una Guerra Santa por la que invadió dos veces Europa y se estableció por siglos.
Es verdad que esa guerra la siguen sosteniendo y que son los pricipales responsables de hechos terroristas en todo el mundo.
Es verdad que su cultura religiosa fundamentalista es totalmente inaceptable para nuestra manera occidental de vivir. Desprecio por la vida, carencia de derechos por parte de la mujer, e indiferencia total por la justicia social.
Es común el error por parte de quienes aborrecen el capitalismo norteamericanos, pensar que por carácter transitivo, los árabes al ser sus enemigos son anticapitalistas. No hay nadie más capitalista que los árabes. Los prueban sus jeques multimillonarios con Rolls Royce especiales, sus palacios y sus super hoteles de lujo, mientras su proletariado languidece en la pobreza y la ignorancia.
Mi observación particular en Buenos Aires, es que los árabes hicieron volar por el aire, valga la redundancia, dos tremendo edificios judíos, la embajada de israel y la Amia, dejando cientos de víctimas fatales inocentes y que no hay un solo edificio judío público, llámense sinagogas, escuelas, clubes o dependencias oficiales que no esté protegido con bloques de granito contra coches bomba. No ocurre lo mismo con los edificios árabes, incluídas las mezquitas, que ni siquiera cuentan con las mas elementales normas de seguridad.
Finalizando, con mi habitual pesimismo, atribuyo todas las desgracias del mundo no a los judíos, árabes, asiáticos en general, africanos, europeos, o americanos de cualquier color, sino a la naturaleza del hombre. Toda etnia o nación que através de la historia constituyó una hegemonía de poder, se comportó de manera despótica, incluídas la culturas abórigenes.
Mi deseo es que se ilumine la mente de quienes tienen la responsabilidad de buscar la paz y el progreso de la humanidad para bien de todos.
Incluído yo, que aunque no lo crean, soy humano-