martes, 15 de julio de 2008

literaria: sobre la dominación

Hace unas semanas tuve la oportunidad de leer fragmentos importantes de un texto llamado La dominación masculina (1998) del psicólogo francés Pierre Bourdieu. Este texto trata de desentrañar los órdenes sociales que ratifican la dominación masculina en nuestra sociedad y cómo estas pueden manifestarse en la literatura.

Algunas anotaciones importantes son:

1. Esa dominación de la que habla el autor es simbólica y es algo que justifica apuntando que es tan hipnótica o sutil que no necesita ser justificada ya que se percibe como natural.

La sociedad nos ha condicionado a cumplir ciertos roles. Las conductas que vamos adquiriendo y ejecutando ya sea como hombre o como mujer son el reflejo de una sociedad patriarcal. Yo puedo hablar, eso sí, sólo de mi contexto que es inmediato y vivencial. Por ejemplo: en una familia tradicional es común que a las niñas se les enseñe a lavar su plato luego de la cena, mientras los niños pueden ir a jugar o ver la tele. Las chicas no puede llegan después de media noche, los varoncitos, sí. Esas actitudes son “normales” las asimilamos como consecuencias típicas de nuestra realidad de género. Por eso la dominación es simbólica y peor aún, hipnótica.

2. Este poder de dominación nace a partir de los llamados y famosos opuestos binarios que se apoyan en una sucesión inagotable de transferencias prácticas y metafóricas.

Clásico. Esto es herencia pura de la cultura greco-romana. Patrones que nos van heredando y que vamos aprendiendo por medio de estructuras metafóricas que asimilamos como verdaderas. Opuestos binarios hay muchos. La “binariedad” o dualidad en sí no es el problema, el problema está en que uno de los elementos es suplemento del otro y no complemento como en origen debería ser. Por eso, uno de los conceptos está subyugado por el otro: blanco/negro, flaco/gordo; vida/muerte; hombre/mujer. Ya cada quien tiene una connotación aprendida y/o personal de estos.

3. La relación masculino/ femenino se fundamenta en oposiciones como: alto/bajo, arriba/abajo, seco/húmedo, recto/curvo, duro/blando, adentro/afuera, entre otras. Esto comprueba la relación directa entre las estructuras cognitivas con las estructuras sociales, por ello es que la dominación parece natural y legítima.

Estas relaciones son válidas porque se asimilan, se aprenden, se reproducen, se ejecutan. La mujer es… y el hombre es… Se insiste en dar cualidades particulares a unos y a otros, como entidades separadas, como si la humanidad pudiera dividirse por la mitad.

Los hombres son duros, fuertes, y su libertad parece no estar condicionada. Las mujeres son suaves, débiles y su libertad sí que es condicionada. El que rompe con este esquema es marica y la que lo hace es feminista o lesbiana. “Salirse del canasto” nos convierte en seres extraños, desencajados y fuera de lugar.

4. Gracias a estas percepciones es que los dominados están condicionados de acuerdo con las estructuras de dominación que se les han impuesto.

Algunas de estas estructuras se entienden así:

*El hombre se asocia a lo: exterior, oficial, público, derecho, seco, alto, discontinuo, fuerte, cerrado.
*La mujer a elementos como: interior, privado, curvo, húmedo, bajo, continuo, débil, abierto.

En los roles domésticos: “mamá amasa la masa” y papá: “lee el periódico”. ¡Qué bonito!, lo mejor (¿o peor?) es que con todo y la liberación femenina, los tacones altos y las jefaturas, son ellas las que preparan la cena y lavan la losa.

5. Ante la dominación llega la degradación por eso también las emociones corporales y los sentimientos evidencian esa sumisión: vergüenza, humillación, timidez, ansiedad, culpabilidad; respeto, admiración y amor (hacia lo masculino). No solo se vive la dominación, se acepta como natural y se busca y se reproduce.

Humillante. Casos cercanos en mi vida me han demostrado esto. La dominación puede ser tan sutil que es más peligrosa. Ante la ignorancia de la agresión no hay reacción. No quiero sonar radical y mucho menos feminista porque no lo soy, pero me doy cuenta de que la mujer no ha podido romper muchas veces con estas opresiones porque aún no tiene conciencia de su autonomía, ni de su valor humano. Esto llega a tal punto que es la misma madre la que enseña a sus hijos las conductas machistas dentro del hogar.

6. Bourdieu señala que el hombre también es víctima de la representación dominante, pues terminan sometidos por su dominación. En este punto el dominio masculino no deja de ser una trampa y encuentra su contrapartida en la tensión y la contención llevada a tal punto que el hombre siempre debe comprobar su virilidad su hombría.

Quién no ha escuchado la frase “¡los niños no lloran!” aunque al pobre se lo esté llevando puta, la ira, el dolor o la tristeza. Y se tragan esas lágrimas humanas que todos, absolutamente todos tenemos derecho de llorar sin vergüenza. Esa imposibilidad es a lo que Bourdieu llamaría la trampa del dominado. Porque el que domina sufre y tiene que pagar su cuota, cumplir un papel de fuerza, sin opción a la vulnerabilidad para comprobar, ante todo, su masculinidad.

Apenas son estas algunas apreciaciones, muy mías y las he tomado en cuenta a partir de mi experiencia. Y bueno, lo que más me ha gustado de La dominación femenina es que está escrito por un hombre.

7 comentarios:

Melcocha dijo...

El problema más grande que yo veo son los extremos sociales a los que se llega. se pasa de un machismo obsoleto a un liberalismo femenino que se convierte en feminismo, y es simplemente darle vuelta a un problema para convertirlo en otro igual de malo.

la madurez ha de enseñar, pero la sociedad aún no llega a ese grado en que se dejan de lado los feminismos y machismos por un concepto más completo de igualdad.

sin embargo, entre el machismo y feminismo, prefiero este último, a pesar de que ya halla tenido que acarrear sus consecuencias en alguna ocasión. y no pregunte, porque no tengo muy claro el porque de mi preferencia.

estamos hechos para caminar de lado el uno al otro, nunca adelante y mucho menos atrás.

Cristina VR dijo...

Excelente, Marce! Sin duda debe de ser un libro importante.

Siempre me gusta su forma de escribir, la criticidad y la consición de las ideas.

Saludos!

Cristina VR dijo...

Se me olvidó decir que feminismo, según la RAE, es un movimiento que exige para las mujeres iguales derechos que para los hombres.

O sea que feminismo no es antónimo de machismo, aunque se tienda a pensarlo así. Por eso hay que colaborar con aclarar el término.

iolanthe dijo...

siempre, en todos los tiempos de la humanidad el machismo ha sido creado pro las propias mujeres, las más intolerantes con su propia integridad, por miedo a volar. Saludos linda.

Claudia dijo...

suena interesante el texto, aunque no prometo leerlo, porque siempre llevo indignación de dominada, supongo, y en proceso de liberación espero.
creo que la evitar reproducción de patrones sociales sexistas es algo que debe tomarse con seriedad, pero resulta complicado si las propias mujeres se quejan de discriminación y no bajan de puta a la chica nueva en la oficina solo porque es guapa, cuando los detergentes siguen vendiendo con la fómula de la muejer que en primer plano muestra el anillo de boda y se le asegura que de usar tal o cual detergente o suavizante su marido que no la pela, se va a volver a coger, o comerciales de cerveza donde se hace apología del macho cínico, entonces me resulta que como grupo social se acepten esos refuerzos conductuales y al mismo tiempo la sociedad se duela de que en grupos indígenas se siga vendiendo a las niñas por lo que vale una cabra

Anónimo dijo...

Para el filosofo y sociólogo Bordieu la distinción cultural era una forma de dominación encubierta, aunque su crítica social le llevara, no al cinismo, sino más bien a la consideración que todos deberían tener el mismo acceso a la misma.
Las conductas que nos comentas, según el genero, no son sino distinciones culturales, por lo tanto según Bourdieu, expresiones de una dominación encubierta.

Lo paradójico, como en otros menesteres, el dominador acaba dominado, y peor aún víctima de su propia dominación.

A título personal lo relacionaría con el símbolo del Tao, cuando el blanco arrastra el negro, solo consigue ser invadido por él, y aún más, dentro de él aparece un incipiente negro (me limito a describir susodicho símbolo). Quizás aquí esté la clave de la tendencia a la homosexualidad arrolladora actual...

Mientras no nos consideremos hombres ni mujeres el equilibrio está garantizado, cuando te crees algo concreto, el universo te mostrará tu contrario... ¡Somos! ¿no es esto lo único real? ¿pero realmente somos? ¿fluimos con aquello que Es en nuestro interior?

Quizás la mujer cambió su conducta anterior y el hombre se tornó femenino. El Tao, el todo o la naturaleza buscan su equilibrio continuo. El término dominación, sin más, me evoca juego o conducta sexual. Sin dominado no hay dominación, a veces estamos arriba o abajo... simplemente porque nos gusta más.Creo que me explico.

Todo puede ser tan sencillo o tan difícil como osar a cambiar el rol impuesto aparentemente. El equilibrio nos lo agradecerá... y quizás todos.

Pues eso, juguemos divirtiéndonos todos. Que conste que a mí me gusta de las dos maneras pero con mi opuesto :)

Rivendell

Saludos a tod@s

RHCastro dijo...

Me atrevo a pensar que en estos dìas ya no importa el gènero sino quien harà algo o còmo lo harà para solucionar la terrible crisis econòmica. Creeme, no importa si es marciano o marciana, lo que interesa es la vida. Un saludo