sábado, 7 de junio de 2008

intima: SeÑales

La ociosidad es la madre de todos los vicios y yo ociosa y desocupada, como ando, vengo agitando la cabeza para que me hagan contacto las neuronas para desentrañar el significado de las señales, símbolos instrucciones, órdenes, y demás con las que el universo que me rodea, intenta guiarme.

Siempre he sido del tipo aventurero, que cuando abre la caja del electrodoméstico corre rauda y veloz hacia el enchufe sin detenerse ante las enormes letras que desde el fondo de la caja gritan: “Antes de conectar su aparato lea completamente el presente instructivo”, ¿Como va una a fiarse de los instructivos, si el del tostador dice: “No usar el aparato con niños, ancianos y discapacitados”? nunca se me habría ocurrido tostar ahí a la abuela, bueno no dice nada de las suegras jeje; o como el del mp3 que dice “Ponga el enchufe del auricular en el enchufe del auricular" o “El reproductor apoya archivos líricos con sufijo .LRC y los exhibe síncrononamente”.

Pero hoy lo primero que hice al levantarme, fue buscar una señal que mostrara el camino que debo seguir y no la veo.

Y justo ahora que no tengo auto y después de días de calor agobiante, hoy que vengo tan ligera comienza a diluviar, antes de que llegar a la parada de autobús; detengo un taxi y lo primero que veo en la defensa, escrito a todo lo largo en enormes y adornadas letras blancas, el nombre de pila de la fulana con la que me pintaba los cuernos mi ex y entre mojarme ahí y ser objeto de las bromas del destino, tomo la segunda opción y me dirijo a las oficinas de recaudación del ayuntamiento cumplir con mi deber de contribuyente.

Al llegar a la ventanilla de pago, una mujer enorme con voz nasal y tono imperativo me entrega un documento en el que se menciona que “por un error involuntario”, mi recibo lleva una clave catastral que no corresponde a mi inmueble y me parece atemorizante la idea de que haya errores que sean cometidos a conciencia y voluntad.

Antes de salir de la pesadilla kafkiana derivada del involuntario error de un ignoto burócrata, decidí atender el llamado de la naturaleza y pasé por el servicio, vulgo baño y al cerrar la puerta del sanitario me encuentro un letrero pegado en una hoja de papel bond con la imperiosa orden: “favor de usar el papel higiénico apropiadamente” y casi me caigo al remolino que conduce al paraíso, de imaginar los usos inapropiados en que la chica del aseo sorprendió a alguna usuaria que le motivaron a expedir su reglamento sobre el uso del papel sanitario…

Hoy es viernes y se supone que estaría lista la ropa en la tintorería y al llegar me encuentro en el cancel de la entrada hay un cartel que dice: “abierto hasta el lunes”, entonces ¿Cómo es que no puedo recoger la ropa si estará abierto hasta el lunes?

Cuando por fin me armo de valor para trabajar y me paro en la oficina, me encuentro con una secretaria, hecha un mar de lágrimas porque en su primer día de trabajo, ha tenido un accidente con la toalla sanitaria, justo sobre la silla con tapicería color beige de mi privado y yo no se si madrearla o ponerme a llorar con ella.

Y una se convence de que hay días en que la vida es una perra desgraciada, cuando miro al cielo. una vez mas, pidiendo, rogando por una señal divina, en ese momento tiro con el codo una estúpida perforadora de papel, que afortunadamente no se lesionó en la caída porque encontró me pie salvador en su trayectoria y no había acabado mi letanía de maldiciones, cuando al levantarla en la tapa plastica, leo la instrucción: “Tírese de una esquina. Afuera”

7 comentarios:

Leonardo Azul dijo...

claro! es exactamente lo que tenia en mente, exactamente el tipo de textos que me mueven el piso. esa ventana íntima de la que disfruto de una forma casi casi voyeurista, esa perspectiva personal que tanto me cautiva escuchar.

y es que esa es la única historia que merece ser contada, la única historia que merece ser escuchada ... la de cada uno, la que sale realmente del corazón ... y es que de eso se trata la zonada, precisamente, de compartir y compartirse, de enseñar esa parte tuya de la que tantos podrían aprender, de ... en el fondo de disfrutar de cada uno tal cual cada uno es.

y gracias muchas por acompañarnos, claudia. gracias, de verdad.

Hilmar dijo...

Excelente y original texto que nos recuerda, que efectivamente, vivimos atentos a las señales que nos ofrece la vida, Claro, no todos, solamente los que estamos atentos a ellas.

Además,al leer y también al escuchar, siempre rescato en que clave se dicen las cosas, y cuando la que impera es la del humor, exquisito como en este caso, me complazco sobremanera.

xwoman dijo...

Justamente el domingo supe lo importante de las señales y es que nunca les había puesto mucho cuidado. Me he dado cuenta de que no todas las señales nos augurian buenos tiempos, pero sea como sea, hay que estar atentos, no vaya ser que nos anuncien ese momento trascendental de nuestra vida.

Yo tuve suerte, Claudia...no fue nada fácil ver que las señales estaban ahí para darme una segunda oportunidad.

Excelete columna. Gracias mil.
:)

xwoman dijo...

excelente*

iolanthe dijo...

me identifiqué con tu texto sobremanera. Y es que te preguntas si la vida es tan puta para que vivirla, pero imagino que hemos venido aquí para reflexionar y darnos cuenta de... no sé de que carajo, la vida es puta.

Besos, he disfruta mucho leyéndote

La Tabernera dijo...

Genial!

Anónimo dijo...

a veces las señales del camino están en esta pantalla

bs